jueves, junio 15, 2006

De un Ayer, uso el Hoy, para un Nunca Más.


Sabores colgados de una muralla derrumbada
por cuanto abrazo con fin; cruzo aquella vista,
de lejos hacia ella.
Ninguna mirada puede confundirse
con aquel amargo acontecimiento,
grietas hacia arriba, grietas hacia abajo,
un pedazo falta;
y continúa con escasos tonos rojos en ladrillo sucio y desnudo.
Su color le hace pensar en calor,
pero solo de cerca se podría ser tan sordo,
porque la escena de lejos imparte aquel sufrimiento;
con dureza nos lo muestra sin importar quienes somos,
sin importar a quien le contemos,
ahí esta,
sin que queramos verlo,
nos persigue en cada segundo de parpadeo
y nos ataca en cada nueva exhalación,
sin importar más nada.
Aquel día fue él, quien me dio el último abrazo,
y el sabor vacío que veía en su mirar
me hizo querer escapar rápido
de aquel momento sin sentido...
Y yo me aleje,
poniéndome con calma los anteojos
tragándome la primera clase,
de esos segundos, que fueron horas,
frente a esa muralla con una nueva grieta.




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