Sabores colgados de una muralla derrumbada
por cuanto abrazo con fin; cruzo aquella vista,
de lejos hacia ella.
Ninguna mirada puede confundirse
con aquel amargo acontecimiento,
grietas hacia arriba, grietas hacia abajo,
un pedazo falta;
y continúa con escasos tonos rojos en ladrillo sucio y desnudo.
Su color le hace pensar en calor,
pero solo de cerca se podría ser tan sordo,
porque la escena de lejos imparte aquel sufrimiento;
con dureza nos lo muestra sin importar quienes somos,
sin importar a quien le contemos,
ahí esta,
sin que queramos verlo,
nos persigue en cada segundo de parpadeo
y nos ataca en cada nueva exhalación,
sin importar más nada.
Aquel día fue él, quien me dio el último abrazo,
y el sabor vacío que veía en su mirar
me hizo querer escapar rápido
de aquel momento sin sentido...
Y yo me aleje,
poniéndome con calma los anteojos
tragándome la primera clase,
de esos segundos, que fueron horas,
frente a esa muralla con una nueva grieta.
Paciencia y tiempo... todo llega a su debido tiempo. No se puede apresurar una vida, no se puede resolver segun un plan, como tanta gente quiere. Debemos aceptar lo que nos sobreviene en un momento dado y no pedir más. Pero la vida es infinita; jamas morimos; jamas nacimos en realidad. Solo pasamos por diferentes fases. No hay final.Los humanos tienen muchas dimensiones. Pero el tiempo no es como lo vemos, sino lecciones que hay que aprender.
jueves, junio 15, 2006
De un Ayer, uso el Hoy, para un Nunca Más.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario