sábado, diciembre 02, 2006

para ...


Hay un libro de instrucciones encima de tu mesa, dificil de leer como mucho durante mi estadia, distante, insipiente, demente y constante. No se siente aqui el hielo, que me moja desde los ojos, extraña permanencia que me deja sola.
Tierra fertil, demaciada riquesa junto a mis pies y en este último tiempo he divagado de la mejor forma, el deseo me mata, me hace amiga de las sabanas y miro el techo imaginando el placer, inventando tu respiración, y engañando a mi espacio. Si pudiera traer conmigo aquella tierra fertil que barrí de mis pies... hay demaciado espacio ocupado en libertad, palabras que los arboles y yo tiramos sin piedad, nada mejor que la sinceridad. Y ya paso el otoño.
Noches iguales al mar, un arbol inexistente saca sus frutos, y su vida es para mi, un dia. Te extraño. Quiero nadar, caminar una ola, undirme en el mar, quiero uno y no más.
La curiosidad se aleja, las ganas se acaban, el horizonte ya no existe, la ceguera se hace conocida y se presenta cada vez mas constante. Y llena de tristeza, llena de agua, llovida, llovida por completo me apreto para sentirme, me abrazo para quererte, me acaricio para recordarte.